¿Qué es la tecnología 5G y cómo cambiará nuestras vidas?

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El 5G es la tecnología llamada a revolucionar el mundo tal y como lo conocemos. Después de años de desarrollo, ha comenzado a eclosionar comercialmente, y coincidiendo con este despegue su presencia se ha multiplicado. Un protagonismo al que también ha contribuido el veto de Estados Unidos a Huawei, que ha puesto de manifiesto la importancia geopolítica de esta tecnología a nivel mundial.

Corea del Sur estrenó la primera red de telefonía 5G del mundo en abril, prácticamente a la par que algunas ciudades de Estados Unidos. España ha sido uno de los primeros países de la Unión Europea en hacerlo, aunque de momento solo quince ciudades españolas pueden disfrutar de las bondades incipientes de la quinta generación de la conectividad móvil.

El 5G va a suponer un cambio muy profundo en todos los ámbitos de nuestra vida. Estas son algunas de las grandes dudas que suscita esta tecnología:

¿Cuáles son las principales novedades del 5G?

La gran diferencia del 5G respecto a generaciones anteriores de conectividad móvil es que conlleva tres capacidades nuevas:

– Un ancho de banda y una velocidad de red muy superiores a los actuales (hasta cien veces, cuando esté plenamente desarrollado).
– Un tiempo de respuesta en la red muy rápido -la latencia, el tiempo de respuesta al enviar y recibir paquetes de datos, que se sitúa por debajo de un milisegundo-.
– Un consumo energético muy inferior, que permitirá un despliegue de sensores que no van a requerir de alimentación eléctrica y cuya vida útil puede ser de varios años.

¿Qué supondrá un ancho de banda y una velocidad muy superiores?

Hará posibles procesos inimaginables en la actualidad, que implican ingentes volúmenes de datos. Por ejemplo, se podrán descargar y ver al instante contenidos en resolución 8K con total fluidez.

En el ámbito multimedia, las posibilidades se dispararán, y abarcarán aspectos muy variados de nuestra vida, desde el entretenimiento hasta entornos profesionales o educativos. Por no hablar de cómo cambiará la comunicación.

Aplicaciones para chatear que crean, a partir de la imagen del usuario, avatares que reaccionan en tiempo real, plataformas de vídeo para ver de manera simultánea en «streaming» las partidas de varios usuarios jugando a un videojuego o un «simulador de citas» que emplea la realidad virtual son solo algunas de las utilidades del 5G que ya se pueden ver en la actualidad.

La realidad aumentada y la realidad virtual están llamadas a convertirse en elementos habituales de la vida de las personas.

 

¿Y un menor consumo energético?

Este aspecto posibilitará un mundo hiperconectado con miles de millones de sensores emitiendo y recibiendo información constantemente. Por eso, la infraestructura 5G se está diseñando para poder soportar de manera eficaz ese aluvión de dispositivos conectados, que requerirán de muy baja latencia y que tendrán que convivir con otros que requieren de un gran ancho de banda.

La red 5G será lo suficientemente flexible como para dar el mismo servicio a estos cientos de miles de millones de dispositivos.

¿Y una menor latencia?

La latencia será fundamental para algunas aplicaciones que vendrán en el futuro y que requerirán de inmediatez extrema, como la conducción automatizada o aspectos relacionados con la seguridad. Gracias a esa mínima latencia, el tiempo de respuesta será inmediato, y posibilitará, por ejemplo, desarrollar completamente aplicaciones como la telemedicina, con operaciones quirúrgicas de gran precisión a distancia. La industria será otro de los sectores que experimentará una verdadera revolución, con fábricas completamente robotizadas.

¿Cuánto queda por delante hasta su total implantación?

La propia Unión Europea (UE) ha establecido que todos los países miembros deberán desplegar totalmente la red 5G, como muy tarde, en 2025. En España habrá un despliegue gradual estimado de cinco años.

El calendario que manejan desde el  Observatorio Nacional de 5G es que en la primera mitad de 2021 los usuarios ya puedan disponer de un abanico muy amplio de teléfonos 5G para poder escoger, además de diferentes planes a los que acogerse.

«En cuanto al 5G desplegado como soporte de Internet de las Cosas y como redes de baja latencia, ahí realmente no hay que esperar, porque no dependemos de un teléfono, tenemos lo esencial que son los componentes y los chips», asegura Federico Ruiz, responsable de este observatorio. «Y eso depende de operadores, empresas o ciudades que quieran ponerlo en marcha. Se puede ir tan rápido casi como quieran ellos».

«Aplicaciones en salud, o en logística, o un 5G ligado a la robótica de uso industrial, ligado a las comunicaciones dentro de una fábrica… Eso se puede empezar a pensar desde ya».